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El pez que aprendió a caminar

Claudia Ulloa Donoso

Estruendomudo. Lima, 2013, 154 pp.

 

Por Carlos Salas Camacho

En muchos de los relatos contemporáneos encontramos algunas temáticas más o menos constantes que bien podríamos tomarlas como síntomas de un problema mayor: la soledad. Tema que si además se profundiza, nos lleva a explorar una serie de de ramificaciones, a manera de subtemas, como la desesperación, la infelicidad, etc. Claudia Ulloa Donoso (Lima, 1979) en El pez que aprendió a caminar (Estruendomudo, 2013), toca estos temas, y otros más, alcanzando dimensiones trascendentes.

 

El pez… consta de 19 relatos caracterizados por una prosa sencilla que en ningún momento ceden en su búsqueda de belleza y entendimiento. Así, entre relato y relato encontramos pequeños textos de una profunda connotación poética que nos sirven, muchas veces, como una especie de prólogo para la siguiente historia, jugando con la estructura tradicional de los libros de relatos en los que las historias comienzan con el título y terminan en el punto anterior del título del siguiente; Claudia Ulloa, pues, encuentra en estas pequeñas prosas una forma de conectar profundamente sus relatos.

 

La soledad, en este sentido, es un tema recurrente en los textos de la autora. En "Yo solo quería un cigarro", por ejemplo, nos encontramos conque la protagonista se encuentra en la angustiante búsqueda de una tienda que venda cigarrillos por las calles del Rímac, algo que nunca encontrará pero que la llevará al encuentro de un bello muchacho que, mientras fuma el cigarrillo que tanto anhelaba (Marlboro), la conduce a pensar en su vida y, sobre todo, en su soledad a partir de un intercambio de palabras. "Necesito un cigarro fuerte. Necesito saber quién es él. ¿Será que la soledad la vuelve a una vulnerable? Quizás no era bello; quizás era un chico cualquiera, un tipo común; pero me habló" (Pg. 87).

 

En "Pasatiempos de escritor" el tema está mucho más presente y más cercano a los escritores. El relato nos cuenta cómo un escritor decide ya no serlo porque su carrera arruina su vida: "Algunos creen que este tipo de vida que llevo me hace bohemio, más atractivo y hasta me ayuda a vender más libros, pero la verdad es que solo soy un miserable" (Pg. 143), así, el personaje decidirá rehacer su vida retomando uno de sus pasatiempos anteriores a la escritura, coleccionar tornillos: "He caminado más de cuatro horas y no he encontrado ningún tornillo. Llego a casa y me encuentro con la consecuencia de mi carrera literaria: soledad y desorden" (Pg. 144); la soledad, pues, estará directamente ligada a su anterior oficio de escritor. En "Documental" la soledad que vemos es diferente, aunque más profunda; la narradora vivirá con un patán carente de todo tipo de sensibilidad para con ella, algo que veremos través de una escena al interior de un espacio íntimo, su hogar, mediante la forma en cómo se le niega algo tan sencillo como terminar de ver por televisión un documental sobre el fuego debido a que su pareja desea ver fútbol: "Rompes el leve trance, la desconexión momentánea del mundo, el contacto fugaz con mi interior que tú no conoces" (Pg. 48); la narradora, en efecto, está sola, pero no debido a la ausencia de personas a su alrededor, sino, paradógicamente, debido a ello.

 

Otro punto que toca adecuadamente el libro es la exploración de lo cotidiano ligado, muchas veces, a la anécdota. La forma en cómo se manejan los detalles en cada relato en la búsqueda de profundizar en los espacios íntimos, como la familia, son precisos, tal y como podemos notarlo en "Mantel blanco" y "Sobremesa".

 

El absurdo también es explorado en los textos de Ulloa Donoso. En el relato "Una de Bollywood", vemos cómo la narradora se encuentra con un hombre hindú y luego de un intercambio de palabras, que ella no entiende, terminan comprometiéndose. En "Línea" la narradora llega a su casa y encuentra a un hombre desconocido con el que conversa, come y termina haciendo el amor. En "Falange", la narradora, después de romperse el dedo, se encuentra con un doctor que gusta de tomar la sangre que se encuentra en el banco de sangre del hospital.

 

Con la reedición de El pez…, Claudia Ulloa Donoso nos conduce por una prosa bella y contundente en la que lo poético se siente de manera constante y natural. Esperemos, pues, nuevas publicaciones.

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