El inicio del siglo XXI marcó, en cierto sentido, la internacionalización de la literatura peruana. Varios escritores no solo fueron galardonados con importantes premios internacionales, sino que su obra se hizo conocida en grandes mercados literarios (Alonso Cueto, Santiago Roncagliolo, Jaime Bayly, Fernando Iwasaki , Carlos Yushimito, entre otros). A la par de este reconocimiento internacional, también se generó un proceso literario interno protagonizado por autores que situaron su obra en los linderos de la cultura andina y provinciana. Por otro lado fue significativo el crecimiento que experimentó el mercado editorial peruano en la primera década del siglo XXI, debido a la reducción de costos en el ámbito editorial, la vigencia de la Ley del Libro y el impulso del Plan Lector por parte del Ministerio de Educación. Hechos que promovieron la aparición de diversas editoriales independientes como Estruendomudo, Sarita Cartonera, Bizarro, Mundo Ajeno, Lustra, Mesa Redonda, Casatomada, Editorial Arkabas, Gaviota Azul Editores, entre otras. Este pequeño boom editorial ha permitido que un número elevado de escritores nuevos publiquen sus primeros trabajos durante esta década, y que otros narradores de más larga data tengan la oportunidad de mostrar su interesante trabajo narrativo. Este el caso particular de la Editorial Arsan y el libro de cuentos de reciente publicación Lima a tientas, escrito por el profesor y, como él mismo dice, narrador por vocación Richar Primo Silva.

 

"Lima a tientas" es un libro compuesto por once cuentos en sus más de cien páginas, y en la contratapa se señala que el autor recoge la idiosincrasia del habitante limeño: sus historias, vivencias, triunfos y fracasos. Y no hay duda que la narración, de una manera muy sutil, envuelve al lector en una atmósfera tranquilamente caótica y abiertamente acorralada; en una Lima de épocas violentas e inolvidables. Una Lima que poco a poco ha ido transformándose en el tiempo y que solo uno de sus habitantes reconoce. Los cuentos de Lima a tientas se caracterizan por su sencillez narrativa, estructurando sus historias a partir de pequeñas anécdotas, donde se hallan las riquezas de las sensaciones que las relaciones humanas, cargadas de desazón y misterio, producen.

 

En muchos cuentos es notoria la influencia de la narrativa urbana de los años cincuenta; esto, tal vez, por ser el mejor estilo para describir a la variopinta gama de individuos que componen nuestra Lima, hecha de retazos, y que necesita ser observada de manera más cercana e íntima, casi siendo uno más de sus habitantes. El libro, así, está compuesto por diez cuentos urbanos y un cuento de temática andina.

 

Cuentos como "Jugando a que si se puede", "Tiempos difíciles" y "Un fracaso más importa" nos sumergen en la temática de la violencia y el terrorismo de los años noventa. En ellos se alcanza a describir cuadros altamente sugerentes que retratan las emociones sociales y las emociones particulares en condensadas y bien escritas historias, por lo que los cuentos alcanzan una extraña y compleja belleza narrativa; como en el caso de "Tiempos difíciles", donde una joven pareja cargada de problemas económicos en medio de los conflictos sociales típicos de la época descubren lo más importante de sus vidas luego de un atentado terrorista: la conciencia de tenerse mutuamente; y eso los hace afortunados. De igual manera, el cuento "Un fracaso más sí importa" nos remonta a épocas violentas mediante el protagonismo de un policía de Lima que revive nuestras más terribles pesadillas cargadas de explosiones y balaceras donde la vida poco vale.

 

Por otra parte tenemos también cuentos que desbordan la realidad como "La promesa infinita" y "Alguien me ha despertado en la madrugada", de temáticas distintas a la de la violencia. El primero, como único cuento de carácter andino, nos remite a la experiencia sensorial y social de este espacio. El segundo, muestra la vida de un trabajador limeño envuelto en una historia de terror, siendo la confusión y el asombro los rasgos principales de estos relatos. Otro tipo de cuentos buscan salir de lo común, como en el caso de "La liberación de Mengano", "La decisión de Arturo" y "Fin de semana". Donde se presentan tres hombres como personajes principales en cada uno de los cuentos, encerrados en unos mundos monótonos, rutinarios y vacíos que el narrador busca romper y en donde el autor no logra cohesionar las historias y cae en finales un poco predecibles por lo que no están a la altura de los demás cuentos.

 

Finalmente, los últimos cuentos son de una temática más variada, aunque en ellos se puede rastrear mejor el estilo de observador minucioso que el autor logra en sus mejores cuentos. En "Los nuevos vecinos", al estilo de Ribeyro, muestra una historia marginal encarnada en un personaje principal apellidado Huamaní que junto con su familia no son aceptados por los vecinos de San Isidro, justamente por lo que un Huamaní representa para ellos. En líneas generales el libro está bien narrado y es de fácil lectura, llegando en algunos cuentos a retratarnos un melancólico microcosmos limeño.