top of page

Territorio Huarco. Muestra poética de trece autores en su laberinto

Al pie del acantilado ediciones. Lima, 2012, 86 pp.

 

Por Edwin Angulo

En su juventud las nuevas generaciones de creadores literarios, sean narradores o poetas, suelen compartir el ímpetu y el afán de romper con los que los precedieron; esto, como parte de un entendible y necesario espíritu de reconocimiento; de saberse auténticos; valga decir, de saberse la superación de un proceso más o menos natural y, en algunos casos, incluso, violento. Sin duda, este es el espíritu que aglutina a los poetas antologados en Territorio Huarco. Muestra poética de trece autores en su laberinto (Al pie del acantilado ediciones, 2012); libro que pretende reunir a los trece poetas jóvenes más importantes de Cañete.

 

Los requisitos de selección son los recurrentes: ser cañetano de nacimiento o saberse vinculado a este de alguna forma directa. Y aunque el prólogo haga un ejercicio de modestia tratando de reconocer sus grandes limitaciones, finalmente argumenta como principios o directrices estéticas a) el no encontrarse ligado a las "propuestas trasnochadas ([…] la poesía patriotera o regionalista que se da en muchos lugares de la provincia)" (Pg. 9); y b) el reconocerse como herederos de una tradición cosmopolita, más allá del mismo Cañete, en cuanto consideran que esta última se encuentra demasiado centrada en la presencia del poeta horazeriano Enrique Verástegui; a quien si bien reconocen el mérito de haber publicado un libro de las dimensiones de En los extramuros del mundo, se niegan a reconocer como máximo referente local.

 

La calidad de la poesía antologada es diversa en todo el sentido de la palabra, llevándonos de cima a sima en un indefinido sube y baja que no parece obedecer a mayor criterio que el alfabético. Aún así, con todas estas observaciones, el libro configura una muestra interesante a partir de su irregularidad, ya que en ella se puede percibir un gran sentimiento de entrega hacia la poesía misma, algo que siempre debe ser bien recibido y valorado. En la cúspide de la antología, sin duda, encontramos a los poetas Rodrigo Luyo, César Chambergo y Manuel Portugal; en ese orden. Estos tres poetas han hallado, pues, la matriz de una voz propia a través de un adecuado aprendizaje que, como bien hace notar el prólogo, se siente cosmopolita, aunque mediado por la clara influencia de los poetas de la denominada Generación del 50. Así, Luyo nos expondrá una poesía centrada en la sensibilidad del poeta desencantado con el mundo moderno: "Contrariamente a lo que digo, ⁄ el tiempo para ti es sustancia que no se detiene. ⁄ Para mí, en cambio, el tiempo es un viejo sentado. ⁄ Resulta que me quedé viviendo en 1999 ⁄ y que calzo apenas 18 años, ⁄ aunque el cuerpo y el cansancio me griten ⁄ cada día que ya pasé los treinta" (Pg. 71). Chambergo, en cambio, explorará diferentes emotividades centradas en la condición humana misma, como la nostalgia por la inocencia perdida en la niñez, la angustia de la vida y la permanente nostalgia del pasado: "El niño ⁄ Cogía el hilo ⁄ Y le decía cosas ⁄ Arengas a la cometa ⁄ El niño imaginaba cosas ⁄ La cometa imaginaba ⁄ La imaginación imaginaba ⁄ Los tres volaban ⁄ La imaginación ⁄ La cometa ⁄ El niño" (Pg. 16). Mientras que Portugal tratará de recrear un espacio de sensaciones trascendentes mediante la apelación a la antigua tradición occidental cercana a oriente; algo que no siempre logrará con éxito debido a momentos en los que los poemas de repente parecen obedecer más a la efusión espontánea que a la controlada por la constante revisión y el trabajo: "La vendimia de tus frutos ha llegado ⁄ danza sobre el mosto fuerte del verano ⁄ hasta embriagarte desnuda ⁄ sobre el axis del mundo, ⁄ tienes el cenit en tu cabeza y ⁄ ya no podrás esconder más ninguna sombra" (Pg. 60).

 

Para terminar, es importante señalar la importancia que siempre debe tener en toda iniciativa estética el conocimiento y evaluación fría de la tradición en cuanto, guste o no, determina en gran medida las capacidades enunciativas y receptivas de este trabajo. No es posible, pues, desentenderse mediante ningún pretexto de esto. Por otro lado, la admiración e imitación pasiva, por más idóneo que sea el modelo, nunca suma, sino que resta, como bien puede notarse en algunos de los antologados. Aspectos que deberán tener en cuenta si desean superar sus actuales limitaciones y terminar de alzar vuelo..

bottom of page